Las personas somos tremendamente ambiguas a la hora de definir qué es lo que queremos conseguir, pero nuestra mente necesita una instrucción nítida y clara para enfocarse en el objetivo.

¿Conoces los criterios para una buena formulación de tu objetivo? Son 7.

1. Estructura sintáctica. El objetivo debe estar formulado sintácticamente: sujeto + verbo + predicado.

2. Palabras que no podemos utilizar en la redacción

  • No, nuestra mente no lo comprende.
  • Verbos que connotan negatividad: evitar, abandonar, dejar, olvidar…, ya que nos enfocan en lo que queremos evitar.
  • Verbos que connotan esfuerzo: poder, saber, aprender, conseguir…, ya que connotan que pasemos de A a B y la mente lo atribuye a un proceso costoso.
  • El tiempo condicional: me gustaría, quisiera, desearía…, ya que la mente no tiene claro si lo quieres o no.

3. Responsabilidad. La puesta en marcha del objetivo debe depender mayoritariamente de ti.

4. Alcance. Debe ser suficientemente ambicioso, pero realista, factible y alcanzable.

5. Recursos. Pregúntate: ¿tengo los recursos disponibles necesarios para hacer realidad mi objetivo? Por un lado, tienes que tener los recursos propios (compromiso, voluntad, esfuerzo) y, por el otro, los recursos externos como, por ejemplo, el asesoramiento.

6. Ecología. Piensa en el impacto que causarás en tu entorno más directo (familia, amigos, compañeros y compañeras, trabajo …) cuando hagas realidad tu objetivo.

7. Perspectiva temporal. Tu objetivo debe tener una fecha de caducidad, un horizonte, una fecha concreta (día, mes y año).

Cuando tengas bien definido tu objetivo, haz el siguiente ejercicio:

  • Escribe la frase que te ha salido en un documento de tu ordenador.
  • Decóralo con la mejor de tus intenciones, con todo tu amor: pon ese color que tanto te gusta, un fondo que haga juego y, a continuación, imprime el documento.
  • Cuelga el documento en un lugar visible para ti: tu habitación, la cocina… un lugar donde pases a menudo.
  • Memoriza tu objetivo: debes pre-programar tu mente.
  • Repite internamente tu objetivo un mínimo de tres veces al día.
  • Puente al futuro: haz una visualización hacia el futuro. Imagínate una escena, corta e intensa, donde apareces tú con el objetivo alcanzado. ¿Qué ves? ¿Qué sientes? Qué hueles? Qué catas? ¿Qué sensaciones tienes? ¿Sientes una enorme satisfacción dentro de ti?
  • Justo antes de irte a dormir, pide a tu mente que te transporte a esta escena y recréate en ella. Que sea la última visualización que haces antes de conciliar el sueño.

Espero que estos 7 criterios para una buena formulación de tu objetivo te sean de utilidad y pongas en práctica el ejercicio que te propongo.

Si quieres contactar conmigo para revisar tu objetivo, estaré encantada de poder hacerlo.